Tras tres años de parón casi completo, a causa de la pandemia, regresan por sus fueros los proyectos de voluntariado de verano, organizados al alimón por Proyde La Rioja-Zaragoza y Proyde-Proega. Estas dos organizaciones hermanas unen de nuevo sus fuerzas para preparar y enviar a algunos voluntarios durante varias semanas de verano a distintos proyectos solidarios en el extranjero. Tanto las personas finalmente dispuestas a incorporarse a estas labores como los lugares concretos de destino tienen un nexo muy estrecho con La Salle.
Los voluntarios de nuestras organizaciones serán este verano diez, de ambos sexos, y proceden de Eibar, Sestao y Zaragoza; entre ellos hay profesores de nuestros centros, un Hermano, monitores de distintos grupos lasalianos, voluntarios en Proyde… Los proyectos se realizarán en dos obras lasalianas de Argentina -Jujuy y Malvinas-, el colegio La Salle Trinidad (Bolivia) y Akwaba, el centro de acogida para niños de la calle de Abiyán (Costa de Marfil).
El primer paso en el largo proceso de organizar estos proyectos de voluntariado fue lanzar la convocatoria y presentar los proyectos, con sus particularidades concretas de todo tipo, para que los inicialmente interesados pudieran conocerlos, discernir su situación y decidir si se comprometían o no. Este objetivo se llevó a cabo durante el primer trimestre del curso y concluyó a mediados del pasado mes de diciembre con una sesión presencial de una mañana en San Asensio. Luego todos tuvieron un par de semanas para inscribirse definitivamente en un proyecto.
Una vez formados los grupos, el último fin de semana del pasado mes de febrero organizamos un encuentro más largo de conocimiento mutuo entre las personas y formación para el voluntariado, así como para comenzar a poner a punto toda la documentación. Este encuentro se desarrolló en Irún y en él participaron ocho de los diez voluntarios inscritos, que estuvieron permanentemente acompañados por dos animadores de nuestras organizaciones, así como por varios ponentes que se acercaron a explicar distintas cuestiones y convivieron largo rato con los voluntarios.
Para los dos voluntarios que no pudieron acudir al encuentro de Irún se han establecido unas sesiones de preparación personal, que tendrán lugar en momentos adecuados, sin necesidad de que desplacen fuera de sus lugares de residencia. Y es que, a nuestro entender, la formación es una clave indispensable para la correcta realización de los proyectos; no podemos enviar una persona al extranjero, para realizar un proyecto solidario, sin haber dejado antes bien sentadas ciertas bases indispensables.
Fundamental en el encuentro de preparación de los voluntarios de Irún fue la convivencia entre ellos y con sus acompañantes, tanto en comidas, ocio, descansos, etc., como mediante dinámicas expresamente pensadas para cultivar ciertas actitudes y estrategias relacionadas con la convivencia, por un lado, y la organización, implementación y gestión, en general, de proyectos en equipo, por el otro. También se organizaron actividades relacionadas con la identidad lasaliana, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la vida interior. Por fin, otro plato fuerte fue el conocimiento de los lugares y proyectos concretos a los que se incorporarán: dónde se encuentran, qué van a encontrar allí, qué se espera de los voluntarios, qué actividades se pueden ir previendo, etc. Para ello, todos los grupos tuvieron oportunidad de ponerse en contacto telemático con los responsables locales de los proyectos, comentar con ellos los detalles que ahora mismo más les interesan y asegurar el contacto de cara a los próximos meses.
Una cosa les quedó muy clara a este respecto: los voluntarios se incorporan a proyectos muy vivos antes de que ellos lleguen, a veces con largos años de actividad, proyectos que seguirán funcionando después de su marcha. Apoyarán los aspectos que desde el propio lugar les indiquen, lo cual tiene siempre su interés, pero los voluntarios nunca serán los protagonistas del proyecto. Y, en cualquier caso, experiencia común, mil veces repetida, es que darán algo allí -y eso siempre está bien- pero, sobre todo, recibirán, madurarán, se enriquecerán como personas. Así son los proyectos solidarios de verano: todos cuantos tienen que ver con ellos salen ganando, tanto los beneficiarios de los proyectos como los voluntarios encargados de desarrollarlos sobre el terreno.
Quedan varios meses para seguir perfilando las cosas e ir dando pasos que faciliten la buena realización de los proyectos. Desde Proyde La Rioja-Zaragoza y Proega seguiremos apoyando con generosidad cuantas cuestiones veamos necesarias, y comenzamos ya a pensar en las celebraciones del envío de los voluntarios que tendrán lugar en junio en los lugares de donde provienen los voluntarios. Claro que para preparar estas celebraciones habrá que contar con los responsables de los colegios y sectores implicados. Todo se andará…
De cualquier modo, que después de tantos meses de incertidumbre se vayan recuperando con normalidad actividades que tanto bien hicieron antes de la pandemia no deja de tener su atractivo…